31 may 2010
25 may 2010
He.
Podría estar contando las horas para ver a uno de los grandes.
Podría estar deseando que llegase ese ansiado momento.
Podría contemplar la entrada mientras sonrío porque sé que le tendré delante en unas horas.
Podría decir que esto es verdad.
Pero, desgraciadamente, no.
Nunca había tenido que resignarme ante algo así. Pero, bueno, supongo que no es mi momento.
Que cuando vuelva, será mucho más especial, de lo que hubiera sido mañana si ahora tuviese ese ticket en mis manos.
Tendré que conformarme con escuchar sus fantásticas versiones mientras unas personitas que superan los dieciocho años están dando botes y gritando y dejándose la voz, porque, por raro que a algunos les parezca, el jazz también se puede bailar.
Podría estar deseando que llegase ese ansiado momento.
Podría contemplar la entrada mientras sonrío porque sé que le tendré delante en unas horas.
Podría decir que esto es verdad.
Pero, desgraciadamente, no.
Nunca había tenido que resignarme ante algo así. Pero, bueno, supongo que no es mi momento.
Que cuando vuelva, será mucho más especial, de lo que hubiera sido mañana si ahora tuviese ese ticket en mis manos.
Tendré que conformarme con escuchar sus fantásticas versiones mientras unas personitas que superan los dieciocho años están dando botes y gritando y dejándose la voz, porque, por raro que a algunos les parezca, el jazz también se puede bailar.
18 may 2010
Somos la voz del pueblo
Los árboles están
llorando, son testigos
de tantos años de violencia.
El mar está marrón
mezcla de sangre con la tierra.
llorando, son testigos
de tantos años de violencia.
El mar está marrón
mezcla de sangre con la tierra.
17 may 2010
MD
Eres la clase de persona a la que admiro.
La clase de persona a la que siempre he querido parecerme.
Eres mi modelo a seguir.
Admiro cada detalle de tu vida.
Admiro cada gesto, cada mueca en tu rostro.
Cada acorde que me conduce a la locura más absoluta
La clase de persona a la que siempre he querido parecerme.
Eres mi modelo a seguir.
Admiro cada detalle de tu vida.
Admiro cada gesto, cada mueca en tu rostro.
Cada acorde que me conduce a la locura más absoluta
16 may 2010
Que la manía os acompañe

Podría decir que es una de las mejores series que ha dado la televisión.
Las ganas de abrazar a alguien por la calle cuando ves que lleva una camiseta de Lost; la necesidad de sentarte en el sofá a ver un nuevo capítulo, armado con tu enciclopedia para resolver cualquier duda, la incertidumbre de saber que pasará en el próximo capítulo…Y ahora que la serie está a punto de terminar, me pregunto si debo alegrarme porque no tendré que comerme más la cabeza cada domingo por la noche, o si, por el contrario, debo odiar a los guionistas por no haberla alargado más, ya que, aunque sus incógnitas, y sus misterios a veces me desesperasen, sus personajes y tramas me apasionaban, y no era capaz de despegarme del sofá ni de dejar de visitar sus webs ¿Qué serie ha conseguido eso, estimados lectores? Probablemente, ninguna…
15 may 2010
26 nov 2009
¡Nos hundiremos todas en un mar de luto!
Siempre me ha gustado ir al teatro, respirar la autenticidad que éste posee y sentir de cerca a los actores. Son pocas las obras que he leído y que después he visto sobre un escenario, pero es emocionante hacerlo; es como ver por la televisión los lugares más emblemáticos de una ciudad por la que has pasado. Es por eso que disfruté en el Matadero viendo La Casa de Bernarda Alba. El sitio me pareció acogedor, era tranquilo, y las banquetas hechas con cartón eran muy originales.
La sala estaba casi vacía, aún quedaba tiempo para que empezase la función.
Mientras esperaba a que las luces se apagaran, pensé en la dificultad del texto.
Resulta complicado sorprender al público cuando se han hecho varias versiones, y se ha leído en numerosas ocasiones; no se cuenta con el factor de la novedad, y si no se es sutil, puede llegar a aburrir…
Entonces, se apagaron los focos, y dio comienzo la representación.
La casa, blanca. Azulejos blancos, muebles blancos, paredes blancas; contrasta con el negro del luto que Bernarda exige llevar a sus hijas.
La obra, en ocasiones, se hacía pesada.; conociendo el texto creo que en algunos momentos faltaba garra, y no se ponía el sentimiento que requería, por lo que perdía interés, y despistaba. Aún así, no desmerece para nada. Es original, sorprendente, novedosa. Es uno de los textos más universales de la literatura, es difícil que disguste.
Un reparto encabezado por Nuria Espert y Rosa María Sardá, interpretando a Bernarda y La Poncia, respectivamente.
Había oído que Espert estaba fantástica, que merecía la pena ir para ver como representaba un papel al que siempre se había negado. En contra de las opiniones de los demás, a mi no me gustó su forma de interpretar; Sardá estaba muchísimo mejor, dominaba cada detalle, y sabía como tenía que comportarse en cada escena.
A Espert le faltaba firmeza y fuerza cuando tenía que ser dura con las hijas, su actitud era más “débil”, y el personaje perdía interés.
Las actrices que interpretan a las hijas se van creciendo durante la representación. No actúan de la misma manera en el entierro de su padre que en la escena final; pero son dos las que más protagonismo adquieren: Adela y Angustias. Son enemigas luchando por el amor del Pepe el Romano, ni el lazo de sangre que les une es capaz de calmar los celos que hay entre ellas. El deseo de las cinco hermanas es librarse de su madre, salir de la casa que cada día las atrapa más; poder vestirse de verde sin que reciban un bastonazo de Bernarda, ser libres.
Ser libres, sí, demasiado utópico e idealizado, ¿no creéis?
Ninguna lo consigue. Adela, ingenuamente, cree que su madre ha matado a Pepe.
Se encierra en el baño, y se ahorca. Las hermanas lloran. Y Bernarda, volviendo a imponer su autoridad, recita uno de los mejores momentos de la literatura:
Y no quiero llantos.
La muerte hay que mirarla cara a cara.
¡Silencio! (A otra hija) ¡A callar he dicho! (A otra hija)
¡Las lágrimas cuando estés sola!
¡Nos hundiremos todas en un mar de luto!
Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído?
Silencio, silencio he dicho. ¡Silencio!
Se baja el telón. Y la función termina. Después de aplaudir, salgo de la sala.
Voy caminando por la calle con la sensación de ser una de las hijas de Bernarda; parte de mi vida se ha quedado ahí, entre esas cuatro paredes blancas.
Volviendo a la realidad, me doy cuenta de que estoy en Madrid, en Legazpi, buscando un taxi para volver a mi casa; muy distinta en la que he vivido durante la última hora y media. No me gustaría formar parte de eso; no es ficción; en este caso, ha sido superada por la realidad.
La sala estaba casi vacía, aún quedaba tiempo para que empezase la función.
Mientras esperaba a que las luces se apagaran, pensé en la dificultad del texto.
Resulta complicado sorprender al público cuando se han hecho varias versiones, y se ha leído en numerosas ocasiones; no se cuenta con el factor de la novedad, y si no se es sutil, puede llegar a aburrir…
Entonces, se apagaron los focos, y dio comienzo la representación.
La casa, blanca. Azulejos blancos, muebles blancos, paredes blancas; contrasta con el negro del luto que Bernarda exige llevar a sus hijas.
La obra, en ocasiones, se hacía pesada.; conociendo el texto creo que en algunos momentos faltaba garra, y no se ponía el sentimiento que requería, por lo que perdía interés, y despistaba. Aún así, no desmerece para nada. Es original, sorprendente, novedosa. Es uno de los textos más universales de la literatura, es difícil que disguste.
Un reparto encabezado por Nuria Espert y Rosa María Sardá, interpretando a Bernarda y La Poncia, respectivamente.
Había oído que Espert estaba fantástica, que merecía la pena ir para ver como representaba un papel al que siempre se había negado. En contra de las opiniones de los demás, a mi no me gustó su forma de interpretar; Sardá estaba muchísimo mejor, dominaba cada detalle, y sabía como tenía que comportarse en cada escena.
A Espert le faltaba firmeza y fuerza cuando tenía que ser dura con las hijas, su actitud era más “débil”, y el personaje perdía interés.
Las actrices que interpretan a las hijas se van creciendo durante la representación. No actúan de la misma manera en el entierro de su padre que en la escena final; pero son dos las que más protagonismo adquieren: Adela y Angustias. Son enemigas luchando por el amor del Pepe el Romano, ni el lazo de sangre que les une es capaz de calmar los celos que hay entre ellas. El deseo de las cinco hermanas es librarse de su madre, salir de la casa que cada día las atrapa más; poder vestirse de verde sin que reciban un bastonazo de Bernarda, ser libres.
Ser libres, sí, demasiado utópico e idealizado, ¿no creéis?
Ninguna lo consigue. Adela, ingenuamente, cree que su madre ha matado a Pepe.
Se encierra en el baño, y se ahorca. Las hermanas lloran. Y Bernarda, volviendo a imponer su autoridad, recita uno de los mejores momentos de la literatura:
Y no quiero llantos.
La muerte hay que mirarla cara a cara.
¡Silencio! (A otra hija) ¡A callar he dicho! (A otra hija)
¡Las lágrimas cuando estés sola!
¡Nos hundiremos todas en un mar de luto!
Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído?
Silencio, silencio he dicho. ¡Silencio!
Se baja el telón. Y la función termina. Después de aplaudir, salgo de la sala.
Voy caminando por la calle con la sensación de ser una de las hijas de Bernarda; parte de mi vida se ha quedado ahí, entre esas cuatro paredes blancas.
Volviendo a la realidad, me doy cuenta de que estoy en Madrid, en Legazpi, buscando un taxi para volver a mi casa; muy distinta en la que he vivido durante la última hora y media. No me gustaría formar parte de eso; no es ficción; en este caso, ha sido superada por la realidad.
3 nov 2009
¿Ficción? No, lo siento.
El perro del vecino no paraba de aullar, y a mi me estaba poniendo histérica.
El jueves tenía examen de Historia, y entre el dolor inaguantable de cabeza y los ladrilos del dichoso animal no era capaz de memorizar nada.
Asi que cogí el paquete de kikos que guardaba en la mochila para una ocasión especial y lo abrí. Saqué del cajón de la mesilla la llave del balcón de mi cuarto, y abrí lentamente la reja, por si alguno de mis vecinos cotilla estaba al otro lado de la calle, enfrente, vigilando los pasos de los demás.
Salí al balcón con un puñado de kikos en la mano, y los lancé al patio de mi vecino; el animalillo corrío como loco a comerse lo que para él era un manjar. No tardó nada... apenas cinco minutos, pero al menos conseguí que se callese un rato.
Cuando los dueños llegaron el perro estaba tumbado en el suelo, y no se levantó corriendo y ladrando deseando entrar en casa. Ellos gritaban: Bucco, Bucco, despirta; mientras le movían agitadamente. Pero no respondía.
Sí, yo me lo había cargado, pero no iba con esa intención. Los sinvergüenza de los vecinos dieron saltos de alegría y lloraban de la emoción; y yo no daba crédito ante tal escena.
Por un lado, le había hecho un favor al vecindario, que ahora dormiría tranquilo, y los dueños no tenían que tener la conciencia sucia al haberle dejado morirse congelado. Pero por otro, me daba pena, porque al fin y al cabo, había matado a un animal que no tenía la culpa de que sus dueños fuesen unos cabrones.
El jueves tenía examen de Historia, y entre el dolor inaguantable de cabeza y los ladrilos del dichoso animal no era capaz de memorizar nada.
Asi que cogí el paquete de kikos que guardaba en la mochila para una ocasión especial y lo abrí. Saqué del cajón de la mesilla la llave del balcón de mi cuarto, y abrí lentamente la reja, por si alguno de mis vecinos cotilla estaba al otro lado de la calle, enfrente, vigilando los pasos de los demás.
Salí al balcón con un puñado de kikos en la mano, y los lancé al patio de mi vecino; el animalillo corrío como loco a comerse lo que para él era un manjar. No tardó nada... apenas cinco minutos, pero al menos conseguí que se callese un rato.
Cuando los dueños llegaron el perro estaba tumbado en el suelo, y no se levantó corriendo y ladrando deseando entrar en casa. Ellos gritaban: Bucco, Bucco, despirta; mientras le movían agitadamente. Pero no respondía.
Sí, yo me lo había cargado, pero no iba con esa intención. Los sinvergüenza de los vecinos dieron saltos de alegría y lloraban de la emoción; y yo no daba crédito ante tal escena.
Por un lado, le había hecho un favor al vecindario, que ahora dormiría tranquilo, y los dueños no tenían que tener la conciencia sucia al haberle dejado morirse congelado. Pero por otro, me daba pena, porque al fin y al cabo, había matado a un animal que no tenía la culpa de que sus dueños fuesen unos cabrones.
8 oct 2009
El punk rock está muerto, yo lo maté
Me aburría tanto como una puñetera ostra sola en el mar, asi que he decidido que disfrusteís con las paridas de los californianos a los que más quiero; os dejo con unas pocas de sus mejores frases, si os gustan, cosa que apreciaré o no por los comentarios, colgaré unas cuantas más. A ser felices y a tener un buen día :)
MIKE DIRNT
“Alguien me dijo antes de un concierto el otro día: '15.000 personas, esto es todo lo que uno sueña en la vida' Yo me volví y le dije 'Corrección, eso es todo lo que nunca soñé en la vida"
“Conocía al punk, era un amigo cercano"
“Esta banda teme sentirse aburrida. Siempre queremos desafiarnos como músicos e individuos. Eso nos permite seguir divirtiéndonos cuando tocamos"
“Todas mis creencias religiosas están basadas en Star Wars”
BILLIE JOE
“Muchas bandas dirán que prefieren los shows pequeños, pero seamos honestos, tocar en estadios tampoco apesta”
"La historia dirá si fuimos realmente una buena banda o si solo un día volamos"
"Punk rock esta muerto... y yo lo maté"
“La descripción de mi trabajo es que soy un rockstar. Y soy bueno en eso ¿Sabías?”
TRÉ COOL
“Somos firmes creyentes en Satán, ¿como putas crees que una banda como Green Day se hizo popular?”
“Mi día promedio es: me despierto, me levanto un rato después y probablemente luego me vuelvo a acostar"
“Necesito una esposa nueva”
“Puede que parezca una locura de nuestra parte, pero estamos completamente locos”
MIKE DIRNT
“Alguien me dijo antes de un concierto el otro día: '15.000 personas, esto es todo lo que uno sueña en la vida' Yo me volví y le dije 'Corrección, eso es todo lo que nunca soñé en la vida"
“Conocía al punk, era un amigo cercano"
“Esta banda teme sentirse aburrida. Siempre queremos desafiarnos como músicos e individuos. Eso nos permite seguir divirtiéndonos cuando tocamos"
“Todas mis creencias religiosas están basadas en Star Wars”
BILLIE JOE
“Muchas bandas dirán que prefieren los shows pequeños, pero seamos honestos, tocar en estadios tampoco apesta”
"La historia dirá si fuimos realmente una buena banda o si solo un día volamos"
"Punk rock esta muerto... y yo lo maté"
“La descripción de mi trabajo es que soy un rockstar. Y soy bueno en eso ¿Sabías?”
TRÉ COOL
“Somos firmes creyentes en Satán, ¿como putas crees que una banda como Green Day se hizo popular?”
“Mi día promedio es: me despierto, me levanto un rato después y probablemente luego me vuelvo a acostar"
“Necesito una esposa nueva”
“Puede que parezca una locura de nuestra parte, pero estamos completamente locos”
21 sept 2009
29 ago 2009
Microrrelatos
1. Peter Pan
Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa, porque el padre de Mendoza es el hombre lobo, y no quiero que se meta en mi cuarto. En verdad no debería asustarme, porque el papá de Salazar es Batman y a esas horas debería estar vigilando las calles, pero mejor cierro las ventanas porque Merino dice que su padre es Joker, y Joker se la tiene jugada al papá de Salazar.
Todos los papás de mis amigas son superhéroes o villanos famosos, menos mi padre, que insiste en que él solo vende seguros y que no me crea esas tonterías. Aunque no son tonterías, porque el otro día Gómez me dijo que su papá era Tarzan y me enseñó su cuchillo, todo manchado de sangre de leopardo. A mi me gustaría que mi padre fuese alguien, pero no hay ningún héroe que use corbata y chaqueta de cruaditos. Si yo fuera hijo de Conn, Skywalker o Spiderman, entonces nadie volvería a pegarme en el recreo. Por eso me puse a pensar quien podría ser mi padre.
Un día se quedó frito leyendo el periódico y lo vi todo flaco y largo sobre el sofá, con sus bigotes de moquestero y sus manos pálidas, blancas como el mármol de la mesa. Entonces corrí a la cocina y saqué el hacha de cortar la carne. Por la mañana entraba la luz de la luna y los aullidos del papá de Mendoza, pero mi padre ya grita más fuerte y parece un pirata de verdad. Que se cuiden Merino, Salazar y gómez, porque ahora soy el hijo del Capitán Garfio.
Fernando Iwasaki
2. Otra historia navideña
Entre los imigrantes que habían arribado ilegalmente en la embarcación figuraban también dos subsaharianos, un hombre y una mujer en avanzado estado de gestación. Los agentes que suscriben siguieron su rastro por la ramba de Cala Carbón, desde la playa hasta unos antiguos establos que se encuentran a unos cien metros al norte de la carretera del faro. Cuando los agentes llegaron, ya se había producido el alumbramiento. Unos pastores que tienen sus rebaños en la zona habían prestado auxilio a los dos subsaharianos, que presentaban sístomas de agotamiento y deshidratación. El niño ha muerto.
José María Merino
3. La verdadera historia de Romeo y Julieta
Las dos familas más ricas de la comarca esperaban que su amistad se fortaleciese todavía más con el matrimonio de sus respectivos vástagos, Romeo y Julieta. Pero estos no llegaron a casarse porque entre ambos hubo, desde que eran niños, un aborrecimiento que el paso de los años no logró desvanecer. Al fin, Julieta se escapó con el trapecista de un circo. En cuanto a Romeo, quiso casarse con un muchacha de su vecindad llamada Desdémona, pero ella prefirió a un tal Otelo.
José María Merino
4. Ni colorín ni colorado
Cenicienta, que no era rencorosa, perdonó a la madrastra y a sus dos hijas y comenzó a recibirlas en Palacio. Las jóvenes no eran demasiado agraciadas, pero empezaron a tener mucha familiaridad con el príncipe y pronto los tres se hacían bromas, jugueteaban. A partir de unos días de verano especialmente favorables al marasmo, ambas hermanas tenían con el príncipe una intimidad que desespertaba murmuraciones entre la servidumbre. El otoño siguiente, la madrasta y sus hijas y se habían instalado en Palacio. La madrastra acabó ejerciendo una dirección despótica en los asuntos domésticos. Tres años más tarde, la princesa Cenicienta hizo publico su malestar y su propósito de divorciarse, lo que acarreó graves consecuencias políticas. Cuando le cortaron la cabeza al príncipe, Cenicienta hacía ya tiempo que vivía con su madrina retirada en el País de las Maravillas.
José María Merino
Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa, porque el padre de Mendoza es el hombre lobo, y no quiero que se meta en mi cuarto. En verdad no debería asustarme, porque el papá de Salazar es Batman y a esas horas debería estar vigilando las calles, pero mejor cierro las ventanas porque Merino dice que su padre es Joker, y Joker se la tiene jugada al papá de Salazar.
Todos los papás de mis amigas son superhéroes o villanos famosos, menos mi padre, que insiste en que él solo vende seguros y que no me crea esas tonterías. Aunque no son tonterías, porque el otro día Gómez me dijo que su papá era Tarzan y me enseñó su cuchillo, todo manchado de sangre de leopardo. A mi me gustaría que mi padre fuese alguien, pero no hay ningún héroe que use corbata y chaqueta de cruaditos. Si yo fuera hijo de Conn, Skywalker o Spiderman, entonces nadie volvería a pegarme en el recreo. Por eso me puse a pensar quien podría ser mi padre.
Un día se quedó frito leyendo el periódico y lo vi todo flaco y largo sobre el sofá, con sus bigotes de moquestero y sus manos pálidas, blancas como el mármol de la mesa. Entonces corrí a la cocina y saqué el hacha de cortar la carne. Por la mañana entraba la luz de la luna y los aullidos del papá de Mendoza, pero mi padre ya grita más fuerte y parece un pirata de verdad. Que se cuiden Merino, Salazar y gómez, porque ahora soy el hijo del Capitán Garfio.
Fernando Iwasaki
2. Otra historia navideña
Entre los imigrantes que habían arribado ilegalmente en la embarcación figuraban también dos subsaharianos, un hombre y una mujer en avanzado estado de gestación. Los agentes que suscriben siguieron su rastro por la ramba de Cala Carbón, desde la playa hasta unos antiguos establos que se encuentran a unos cien metros al norte de la carretera del faro. Cuando los agentes llegaron, ya se había producido el alumbramiento. Unos pastores que tienen sus rebaños en la zona habían prestado auxilio a los dos subsaharianos, que presentaban sístomas de agotamiento y deshidratación. El niño ha muerto.
José María Merino
3. La verdadera historia de Romeo y Julieta
Las dos familas más ricas de la comarca esperaban que su amistad se fortaleciese todavía más con el matrimonio de sus respectivos vástagos, Romeo y Julieta. Pero estos no llegaron a casarse porque entre ambos hubo, desde que eran niños, un aborrecimiento que el paso de los años no logró desvanecer. Al fin, Julieta se escapó con el trapecista de un circo. En cuanto a Romeo, quiso casarse con un muchacha de su vecindad llamada Desdémona, pero ella prefirió a un tal Otelo.
José María Merino
4. Ni colorín ni colorado
Cenicienta, que no era rencorosa, perdonó a la madrastra y a sus dos hijas y comenzó a recibirlas en Palacio. Las jóvenes no eran demasiado agraciadas, pero empezaron a tener mucha familiaridad con el príncipe y pronto los tres se hacían bromas, jugueteaban. A partir de unos días de verano especialmente favorables al marasmo, ambas hermanas tenían con el príncipe una intimidad que desespertaba murmuraciones entre la servidumbre. El otoño siguiente, la madrasta y sus hijas y se habían instalado en Palacio. La madrastra acabó ejerciendo una dirección despótica en los asuntos domésticos. Tres años más tarde, la princesa Cenicienta hizo publico su malestar y su propósito de divorciarse, lo que acarreó graves consecuencias políticas. Cuando le cortaron la cabeza al príncipe, Cenicienta hacía ya tiempo que vivía con su madrina retirada en el País de las Maravillas.
José María Merino
19 ago 2009
El cuento de los sentimientos
...
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:- ¿Jugamos al escondite? La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? ¿Y como es eso?"- Es un juego - explicó la Locura - en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.El Entusiasmo bailó seguido por la Euforia. La Alegria dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatia, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final siempre la hallaban, y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la Cobardia prefirió no arriesgarse...- Uno, dos, tres... - comenzó a contar la Locura. La primera en esconderse fue la Pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la Belleza; que si el bajo de un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la Voloptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoismo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la Pasion y el Deseo en el centro de los volcanes. El Olvido... se me olvidó dónde se escondió! ... pero eso no es lo importante. Cuando la Locura contaba 999.999, el Amor todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.-¡Un millón!- contó la Locura y comenzó a buscar.La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología. Y a la Pasion y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducirdónde estaba el Triunfo. Al Egoismo no tuvo ni que buscarlo; el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos.Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio. La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor. La Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró y hasta prometióser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO ACOMPAÑA SIEMPRE
7 ago 2009
Payasa...
4 ago 2009
De vuelta
A mi llegada a Madrid me di cuenta de que la ciudad en la que vivo desde que nací (xD, lógico)
no ha cambiado, hay obras, ruido, tráfico... pero se respira un gran ambiente, hay gente paseando, gente comprando, gente haciendo fotos (turistas, en especial)... de todo, vamos.
Pero yo sí que he cambiado.
Los quinces días que he estado fuera, compartiendo con setenta personas las 24 horas del día dan para mucho:
Para hacer capoeria (actividad que nos dejó a todos reventados); talleres de circo, en los que pude demostrar lo patosa que soy para los malabares; y talleres de percusión, en los que nos dejamos las palmas de las manos tocando los yembés.
Para hacer senderismo, del que me llevo una bonita cicatriz en la muñeca (parezco una suicida, cortándome las venas... xDD).
Para comer durante 13 días (de 14, ojo) calabacín :
-bocadillos de calabacín
-bocadillos de pisto (con calabacín). ¿alguna vez habeís visto un bocadillo de PISTOO???
-calabacín gratinado con queso
-calabacin en el arroz
-calabacin en las pesadillas
-calabacín, calabacín y calabacín... (menos mal que le dimos al lomo xD, verdad, julia?)
Para ir al parque de atracciones:
menuda pasada!! aunque yo voy mañana con mi prima bueno... y más gente, pero con ella!!
Y para muchas más cosas que escribiré más adelante... o no... según me de ^^
Xao xaoo blogeros!
15 jul 2009
Chao! 2
Soy yoooooo, la que sigue aqui, soy yo, te lo digo a tiii!!! NO, NO Y NO, es mentira, no sigo aqui, por que sólo he estado en Madrid dos días, mañana digo adios de nuevo a mi querido blog, y con ello, a la oportunidad de escribir y de que los seguidores lo lean, en fin, las vacaciones es lo que tienen.
Aquí abajo me teneis, a mi llegada de Badajoz; chicas, aburrirse es lo que tiene.
Mi querida primillla!! Si se llega a enterar de esto me cuelga viva, en fin....
Aquí abajo me teneis, a mi llegada de Badajoz; chicas, aburrirse es lo que tiene.
Mi querida primillla!! Si se llega a enterar de esto me cuelga viva, en fin....
27 jun 2009
Chao!
Empiezan las vacaciones, y con ello, los viajes. Ahora son las 8:46 y estoy a punto de irme a Badajoz, por lo que voy a estar ausente unos días, sin ordenador, pero con libros, libros para leer y para estudiar.
No dejaré de escribir, lo prometo; ya que a principios del año que viene... 2º (o 1º, según la perspectiva en que se mire) número de la revista del insti, que espero que no halla gente tan desagradable, como uno que me dijo: "no, no la quiero", arggss, que poca simpatía y respeto al trabajo, si lo hubiera hecho él, ya se enteraría; en fin... que me voy por dónde no debo.
Estaré aqui dos días o así antes de irme de campa, asi que aprovecharé para publicar algo.
P.D: Ya tengo ganas de que empieze el curso, hecho de menos las clases, jo, esto NUNCA me había pasado; ¿que me han hecho ahi? ¿por que han experimentado conmigo? (jajaja) ¡¡Qué alguien responda!! (leer con risas)
Blogeros.... ¡Hasta el próximo post!
No dejaré de escribir, lo prometo; ya que a principios del año que viene... 2º (o 1º, según la perspectiva en que se mire) número de la revista del insti, que espero que no halla gente tan desagradable, como uno que me dijo: "no, no la quiero", arggss, que poca simpatía y respeto al trabajo, si lo hubiera hecho él, ya se enteraría; en fin... que me voy por dónde no debo.
Estaré aqui dos días o así antes de irme de campa, asi que aprovecharé para publicar algo.
P.D: Ya tengo ganas de que empieze el curso, hecho de menos las clases, jo, esto NUNCA me había pasado; ¿que me han hecho ahi? ¿por que han experimentado conmigo? (jajaja) ¡¡Qué alguien responda!! (leer con risas)
Blogeros.... ¡Hasta el próximo post!
11 jun 2009
La Familia de Pascual Duarte
He aquí un fragmente del libro La Familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela; autor existencialista de los años 40, perteneciente a una corriente denominada Tremendismo.
Os dejo una pequeña muestra, haber si os engancha como a mi, cosa que de nuevo ha hecho Fernando, y os animaís a leerla en veranito, que ya no queda nada, eeh?
Había llegado la ocasión, la ocasión que tanto tiempo había estado esperando. Había que hacer de tripas corazón, acabar pronto, lo más pronto posible. La noche es corta y en la noche tenía que haber pasado ya todoy tenía que sorprenderme la amanecida a muchas leguas del pueblo.
Estuve escuchando un largo rato. No se oía nada. Fui al cuarto de mi mujer; estaba dormida y la dejé que siguiera durmiendo. Mi madre dormiría también a buen seguro. Volví a la cocina; me descalcé; el sueloestaba frió y las piedras del suelo se me clavaban en la punta del pie. Desenvainé el cuchillo, que brillaba a la llama como un sol.
Allí estaba, echada bajo las sábanas, con su cara muy pegada a la almohada. No tenía más que echarme sobre el cuerpo y acuchillarlo. No se movería, no daría ni un solo grito, no le daría tiempo... Estaba ya al alcance del brazo, profundamente dormida, ajena. -¡Dios, qué ajenos están siempre todos los asesinados a su suerte!- a todo lo que iba a pasar. (...)
No me atrevía; después de todo era mi madre, la mujer que me había parido, y a quien sólo por eso había que perdonar....
No; no podía perdonarla sólo porque me hubiera parido. Con echarme al mundo no me hizo ningún favor, absolutamente ninguno... No había tiempo que perder. Había que decidirse de una buena vez. (...) Me abalancé sobre ella y la sujeté. Forcejeó, se esucurrió... Momento hubo en que llegó a tenerme cogido por el cuello. Gritaba como una condenada. Luchamos; fue la lucha más tremenda que usted se puede imaginar. Rugíamos como bestias, la baba nos asomaba a la boca... En una de las vueltas ví a mi mujer, blanca como una muerta, parada en la puerta sin atreverse a entrar. Traía un candíl en la mano, el candíl a cuya luz pude ver la cara de mi madre, morada como un hábito de nazareno... Seguíamos luchando; llegué a tener las vestiduras rasgadas, el pecho al aire. La condenada tenía más fuerzas que un demonio. Tuve que usar de toda mi humbría para tenerla quieta. Quince veces la sujetaba, quince veces se me había de escurrir. Me arañaba, me daba patadas y puñetazos, me mordía. Hubo un momento en que con la boca me alcanzó un pezón -el izquierdo- y me lo arrancó de cuajo.
Fue el momento mismo en que pude clavarle la hoja en la garganta...
La sangre corría como desbocada y me golpeó la cara. Estaba caliente como un vientre y sabía lo mismo que la sangre de los corderos.
La solté y salí huyendo. Choqué con mi mujer a la salida; se le apagó el candil. Cogí el campo y corrí, corrí sin descanso, durate horas enteras. El campo estaba fresco y una sensación como de alivio me corrió las venas.
Podía respirar...
Esto que acabaís de leer, si es que habeís conseguido llegar al final, es un fragmento de La Familia de Pascual Duarte; sí, ya sé que lo he dicho antes, pero necesito una introducción; bueno, a lo que iba: En esta novela hay un asesinato, cometido por el protagonista y no se sabe muy bien por qué ha cometido tal crimen.
Camilo José Cela se basó en una novela de Camus llamada El Extranjero, en donde un personaje cometía un crimen, sin saber las causas que le llevan a hacer eso, y es condenado.
Como habreís deducido, el fragmento de arriba es el momento del asesinato; reconozco que me costó leerlo, y que también me ha costado transcribirlo a este blog que comparto con vosotros, porque las imágenes son muy impactantes.
Espero no haberos aburrido.
No sé que pondré en el próximo post, la verdad, por que quiero hablar de muchas cosas, y además, tengo en mente un pequeño relatillo que estoy "intentando" escribir.
Muchos besos, blogeros míos. ^^
Os dejo una pequeña muestra, haber si os engancha como a mi, cosa que de nuevo ha hecho Fernando, y os animaís a leerla en veranito, que ya no queda nada, eeh?
Había llegado la ocasión, la ocasión que tanto tiempo había estado esperando. Había que hacer de tripas corazón, acabar pronto, lo más pronto posible. La noche es corta y en la noche tenía que haber pasado ya todoy tenía que sorprenderme la amanecida a muchas leguas del pueblo.
Estuve escuchando un largo rato. No se oía nada. Fui al cuarto de mi mujer; estaba dormida y la dejé que siguiera durmiendo. Mi madre dormiría también a buen seguro. Volví a la cocina; me descalcé; el sueloestaba frió y las piedras del suelo se me clavaban en la punta del pie. Desenvainé el cuchillo, que brillaba a la llama como un sol.
Allí estaba, echada bajo las sábanas, con su cara muy pegada a la almohada. No tenía más que echarme sobre el cuerpo y acuchillarlo. No se movería, no daría ni un solo grito, no le daría tiempo... Estaba ya al alcance del brazo, profundamente dormida, ajena. -¡Dios, qué ajenos están siempre todos los asesinados a su suerte!- a todo lo que iba a pasar. (...)
No me atrevía; después de todo era mi madre, la mujer que me había parido, y a quien sólo por eso había que perdonar....
No; no podía perdonarla sólo porque me hubiera parido. Con echarme al mundo no me hizo ningún favor, absolutamente ninguno... No había tiempo que perder. Había que decidirse de una buena vez. (...) Me abalancé sobre ella y la sujeté. Forcejeó, se esucurrió... Momento hubo en que llegó a tenerme cogido por el cuello. Gritaba como una condenada. Luchamos; fue la lucha más tremenda que usted se puede imaginar. Rugíamos como bestias, la baba nos asomaba a la boca... En una de las vueltas ví a mi mujer, blanca como una muerta, parada en la puerta sin atreverse a entrar. Traía un candíl en la mano, el candíl a cuya luz pude ver la cara de mi madre, morada como un hábito de nazareno... Seguíamos luchando; llegué a tener las vestiduras rasgadas, el pecho al aire. La condenada tenía más fuerzas que un demonio. Tuve que usar de toda mi humbría para tenerla quieta. Quince veces la sujetaba, quince veces se me había de escurrir. Me arañaba, me daba patadas y puñetazos, me mordía. Hubo un momento en que con la boca me alcanzó un pezón -el izquierdo- y me lo arrancó de cuajo.
Fue el momento mismo en que pude clavarle la hoja en la garganta...
La sangre corría como desbocada y me golpeó la cara. Estaba caliente como un vientre y sabía lo mismo que la sangre de los corderos.
La solté y salí huyendo. Choqué con mi mujer a la salida; se le apagó el candil. Cogí el campo y corrí, corrí sin descanso, durate horas enteras. El campo estaba fresco y una sensación como de alivio me corrió las venas.
Podía respirar...
Esto que acabaís de leer, si es que habeís conseguido llegar al final, es un fragmento de La Familia de Pascual Duarte; sí, ya sé que lo he dicho antes, pero necesito una introducción; bueno, a lo que iba: En esta novela hay un asesinato, cometido por el protagonista y no se sabe muy bien por qué ha cometido tal crimen.
Camilo José Cela se basó en una novela de Camus llamada El Extranjero, en donde un personaje cometía un crimen, sin saber las causas que le llevan a hacer eso, y es condenado.
Como habreís deducido, el fragmento de arriba es el momento del asesinato; reconozco que me costó leerlo, y que también me ha costado transcribirlo a este blog que comparto con vosotros, porque las imágenes son muy impactantes.
Espero no haberos aburrido.
No sé que pondré en el próximo post, la verdad, por que quiero hablar de muchas cosas, y además, tengo en mente un pequeño relatillo que estoy "intentando" escribir.
Muchos besos, blogeros míos. ^^
6 jun 2009
David Fincher, ¿un visionario?

Para David Fincher el cine no es el séptimo arte, sino el octavo, ya que ha creado un nuevo lenguaje cinematográfico y ha revolucionado muchos géneros, especialmente el thriller, que es el que más domina.
Comenzó su carrera cinematográfica con el estreno en 1992 de Alien 3; película que no consiguió muy buenas críticas ni reconocimientos, pero que le sirvió como ensayo para sus posteriores trabajos.
Su forma de hacer cine ha revolucionado al mercado cinematográfico, acostumbrado a ver siempre las mismas películas, los mismos argumentos, pero distintos actores.
Figuran a sus espaldas siete películas, unas más taquilleras que otras, pero que siempre han implicado una posterior reflexión, como él mismo dice “Me gusta que la gente piense cuando ve mis películas”.
Acaba de estrenar El Curioso Caso de Benjamin Button, película con trece nominaciones a los Oscar, de las que solo ha obtenido tres: Mejor dirección artística, Mejor maquillaje y peluquería y Mejores efectos visuales. Vuelve a trabajar con Brad Pitt tras dos filmes colaborando con él (Se7en y El club de la lucha). Este fotograma significa un giro radical a todo lo que había hecho hasta el momento, especialmente thrillers, pero aquí quiso cambiar, y lo hizo; después de Zodiac, nadie diría que El Curioso Caso… es una película suya, ya que no hay sangre, ni crímenes, ni escenarios oscuros. Cuenta la historia de un hombre que nace viejo y muere joven, una película realmente emotiva, con magistrales interpretaciones, excelentes maquillajes, vestuarios y escenarios. Una reflexión sobre el amor y sobre el deber que implica este.
David Fincher, mitad matemático, mitad cineasta, solo ve sus películas como un medio de resolver problemas. Cada una de ellas es un nuevo reto. En cada proyecto define nuevas técnicas con las que la publicidad, la televisión y el cine jamás habían soñado. Él insiste en que no ha dirigido una gran película, solo divertidas, a las que no hay que buscarles un mensaje oculto; pero la realidad es que sus filmes prestan a ello, debido a su alto componente estructural. David Fincher ha visto el siglo XXI… y da miedo.
Empezó en 1992 con Alien 3; a vueltas con la paranoia y el aislamiento, se convierte en la primera metáfora furtiva de Fincher.
En 1995 estrena Se7en; el mal merodea por una lluviosa ciudad, pudriéndola desde el interior. John Doe y el detective Somerset se convierten en iconos del pecado y la apatía en la sociedad moderna ¿Que hay en la caja? Una pista: no es un cachorrito.
1997, The Game; una clásica paranoia de las de “todos van a por mí”, que evidentemente no guarda relación alguna con la psique estadounidense.
El club de la lucha, 1997, Tyler Durner y el Proyecto Mayhem arrasan con el sueño americano escarbando en la adicción al capitalismo y el consumismo.
2002, La habitación del pánico, agarra unas cuantas armas, echa la llave, siéntate sobre tu montaña de dinero y defiende tu casa disparando a cualquier cosa que se mueva. Jodie Foster y Kristen Stewart reciben una lección de aislamiento y política exterior estadounidense; asustaos.
Zodiac, 2007, Fincher regresa tras 5 años parad. Su estudio meticuloso de la caza del asesino del zodiaco es ante todo un espejo en el que se refleja su creador; asustaos mucho.
Nació en 1962, en Denver. Día de su octavo cumpleaños, papá Fincher preguntó a su hijo David que quería como regalo, no lo dudó, una cámara de ocho milímetros como la que utilizaba su vecino. Diez años más tarde, David Fincher entra a trabajar en Industrial Light and Magic, la empresa de su antiguo vecino, George Lucas.
Decidió lanzarse a la aventura en solitario después de trabajar en los efectos especiales de El Retorno del Jedi y de Indiana Jones y el Templo Maldito.
D.W. Griffith escribió: “La cámara es un arma realmente horrible”. Fincher estaba dispuesto a demostrarlo desde el primer momento. Su primer trabajo firmado fue una campaña para la Asociación Estadounidense contra el Cáncer; en él se veía un feto fumándose un cigarro. Su fama se disparó enseguida. Otra metáfora en la vida de Fincher. El parto del genio estaba a punto de producirse.
Funda su propia productora, Propaganda.
1995, se acerca el estreno de Se7en, primera colaboración con Brad Pitt.
Le siguen The Game, El Club de la lucha, La habitación del pánico y Zodiac
Después de convertir su cámara en gas, en neurona, en sonda gástrica, Fincher opta por hacerla invisible en Zodiac, su reto más grande hasta el momento. La película se abre con el asesinato de Darlene Ferrin en el campo de golf de Blue Rock Springs. Un 4 de julio de cohetes; una mujer y su amante, un descampado, un asesino que va, que viene; el suspense y la tensión están asegurados…
David Fincher, director muy polémico, no por lo que cuentan sus películas, sino por la forma de tratar los temas, es el “Príncipe de las Tinieblas” del cine.
Desató la ira en Brad Pitt (Se7en), lanzó a Michael Douglas desde un tejado (The game), le rompió la nariz a Jared Leto (El club de la lucha), encarceló a Jodie Foster en cinco metros cuadrados (La habitación del pánico) y colocó a Jake Gyllenhaal al borde de una crisis nerviosa (Zodiac).
Comenzó su carrera cinematográfica con el estreno en 1992 de Alien 3; película que no consiguió muy buenas críticas ni reconocimientos, pero que le sirvió como ensayo para sus posteriores trabajos.
Su forma de hacer cine ha revolucionado al mercado cinematográfico, acostumbrado a ver siempre las mismas películas, los mismos argumentos, pero distintos actores.
Figuran a sus espaldas siete películas, unas más taquilleras que otras, pero que siempre han implicado una posterior reflexión, como él mismo dice “Me gusta que la gente piense cuando ve mis películas”.
Acaba de estrenar El Curioso Caso de Benjamin Button, película con trece nominaciones a los Oscar, de las que solo ha obtenido tres: Mejor dirección artística, Mejor maquillaje y peluquería y Mejores efectos visuales. Vuelve a trabajar con Brad Pitt tras dos filmes colaborando con él (Se7en y El club de la lucha). Este fotograma significa un giro radical a todo lo que había hecho hasta el momento, especialmente thrillers, pero aquí quiso cambiar, y lo hizo; después de Zodiac, nadie diría que El Curioso Caso… es una película suya, ya que no hay sangre, ni crímenes, ni escenarios oscuros. Cuenta la historia de un hombre que nace viejo y muere joven, una película realmente emotiva, con magistrales interpretaciones, excelentes maquillajes, vestuarios y escenarios. Una reflexión sobre el amor y sobre el deber que implica este.
David Fincher, mitad matemático, mitad cineasta, solo ve sus películas como un medio de resolver problemas. Cada una de ellas es un nuevo reto. En cada proyecto define nuevas técnicas con las que la publicidad, la televisión y el cine jamás habían soñado. Él insiste en que no ha dirigido una gran película, solo divertidas, a las que no hay que buscarles un mensaje oculto; pero la realidad es que sus filmes prestan a ello, debido a su alto componente estructural. David Fincher ha visto el siglo XXI… y da miedo.
Empezó en 1992 con Alien 3; a vueltas con la paranoia y el aislamiento, se convierte en la primera metáfora furtiva de Fincher.
En 1995 estrena Se7en; el mal merodea por una lluviosa ciudad, pudriéndola desde el interior. John Doe y el detective Somerset se convierten en iconos del pecado y la apatía en la sociedad moderna ¿Que hay en la caja? Una pista: no es un cachorrito.
1997, The Game; una clásica paranoia de las de “todos van a por mí”, que evidentemente no guarda relación alguna con la psique estadounidense.
El club de la lucha, 1997, Tyler Durner y el Proyecto Mayhem arrasan con el sueño americano escarbando en la adicción al capitalismo y el consumismo.
2002, La habitación del pánico, agarra unas cuantas armas, echa la llave, siéntate sobre tu montaña de dinero y defiende tu casa disparando a cualquier cosa que se mueva. Jodie Foster y Kristen Stewart reciben una lección de aislamiento y política exterior estadounidense; asustaos.
Zodiac, 2007, Fincher regresa tras 5 años parad. Su estudio meticuloso de la caza del asesino del zodiaco es ante todo un espejo en el que se refleja su creador; asustaos mucho.
Nació en 1962, en Denver. Día de su octavo cumpleaños, papá Fincher preguntó a su hijo David que quería como regalo, no lo dudó, una cámara de ocho milímetros como la que utilizaba su vecino. Diez años más tarde, David Fincher entra a trabajar en Industrial Light and Magic, la empresa de su antiguo vecino, George Lucas.
Decidió lanzarse a la aventura en solitario después de trabajar en los efectos especiales de El Retorno del Jedi y de Indiana Jones y el Templo Maldito.
D.W. Griffith escribió: “La cámara es un arma realmente horrible”. Fincher estaba dispuesto a demostrarlo desde el primer momento. Su primer trabajo firmado fue una campaña para la Asociación Estadounidense contra el Cáncer; en él se veía un feto fumándose un cigarro. Su fama se disparó enseguida. Otra metáfora en la vida de Fincher. El parto del genio estaba a punto de producirse.
Funda su propia productora, Propaganda.
1995, se acerca el estreno de Se7en, primera colaboración con Brad Pitt.
Le siguen The Game, El Club de la lucha, La habitación del pánico y Zodiac
Después de convertir su cámara en gas, en neurona, en sonda gástrica, Fincher opta por hacerla invisible en Zodiac, su reto más grande hasta el momento. La película se abre con el asesinato de Darlene Ferrin en el campo de golf de Blue Rock Springs. Un 4 de julio de cohetes; una mujer y su amante, un descampado, un asesino que va, que viene; el suspense y la tensión están asegurados…
David Fincher, director muy polémico, no por lo que cuentan sus películas, sino por la forma de tratar los temas, es el “Príncipe de las Tinieblas” del cine.
Desató la ira en Brad Pitt (Se7en), lanzó a Michael Douglas desde un tejado (The game), le rompió la nariz a Jared Leto (El club de la lucha), encarceló a Jodie Foster en cinco metros cuadrados (La habitación del pánico) y colocó a Jake Gyllenhaal al borde de una crisis nerviosa (Zodiac).
CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA
De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo
Poema de Jaime Gil de Biedma que leímos en clase de Lengua y Literatura; poema que trajo Fernando y que me gustó mucho, por lo que dije, Clara, búscalo en Internet y cuélgalo en tublog, y así lo hice.
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo
Poema de Jaime Gil de Biedma que leímos en clase de Lengua y Literatura; poema que trajo Fernando y que me gustó mucho, por lo que dije, Clara, búscalo en Internet y cuélgalo en tublog, y así lo hice.
31 may 2009
Preguntas existenciales
1. ¿Por qué el pan de molde es cuadrado, si el choped, salami, mortadela… son redondos? ¿Quién tiene la culpa de esto, los tranchetes?
2. ¿Por qué cuando te duele una herida, siempre llega alguien que te Dice: te duele? eso es que se está curando… Que me imagino a Jesucristo con los clavos, y la Virgen: ¿te duele? fenomenal!!, en tres días vas a estar como nuevo…
3. ¿Por qué en las pelis de miedo siempre aparece una puerta cerrada de la que sale mucha luz por la rendijas? Qué hacen los espíritus ahí detrás, fotocopias???!!
4. ¿Por qué cuando yo compré el piso no me dieron la canica que tienen los demás vecinos (pero todos) y que se les cae o la echan a rodar a partir de las doce de la noche?
5. ¿Por qué en las iglesias ponen pararrayos? No las protege Dios? Un poquito de confianza, ¿no?
6. ¿Por qué cuando llegamos a lo alto de una montaña nos ponemos las manos en las caderas?
7. ¿Por qué abrimos la boca cada vez que miramos al techo?
8. ¿Por qué nos da por ir a la nevera cada cuarto de hora si siempre hay lo mismo?
9. ¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando las ves en el portal te pones contentísimo y, de hecho, piensas en cogerlas todas?
10. ¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado? Qué esperamos encontrar? ¿Berberechos?
11. ¿Por qué cuando nos cuelgan el teléfono nos quedamos mirándolo como si el teléfono tuviera la culpa?
12. ¿Por qué cuando nos llaman al móvil sentimos la necesidad irrefrenable de ponernos a andar de un lado a otro?
13. ¿Por qué cuando estamos en un lugar alto nos obsesionamos con ver nuestra casa? “Mira, mira ahí, al lado del edificio rojo…”
14. ¿Por qué cuando echamos una carta al buzón no podemos evitar mirar por la ranuera e investigar qué hay dentro? Qué esperamos encontrar? ¿un cartero enano?
15. ¿Por qué abrimos los ojos cuando estamos a oscuras? ¿Qué creemos, que tenemos superpoderes?
16. ¿Por qué nos da tanta vergüenza quedarnos en calcetines cuando vamos a una zapatería? ¿Por qué en cuanto nos traen el calzado que hemos pedido nos lo ponemos a toda leche?
17. ¿Por qué hay tanta gente que cuando come un helado de cucurucho, a la mitad, muerden el piquito de abajo? ¿No saben que por ahí les va a chorrear?
18. ¿Por qué nos hace tanta gracia que se nos quede la marca del reloj cuando nos ponemos morenos en verano que en cuanto lo vemos se lo decimos al de al lado? “Mira, se me ha quedado la marca, parece que llevo reloj, pero no”
19. ¿Por qué cuando un aparato eléctrico no funciona no se nos ocurre otra cosa que apretar con más fuerza el botón de encendido?
20. ¿Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abre la boca de esa manera tan extraña? ¡Es colirio, no tequila!
21. ¿Por qué cuando cogemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos, siempre la abrimos por el lado que no es y aparece el prospecto, ahí, doblado?
22. ¿Por qué cuando vas de viaje te sientes culpable si no visitas los museos?
23. ¿Por qué cuando nos enfadamos nos cruzamos de brazos?¿Qué ganamos con ello?
24. ¿Y por qué cuando tenemos miedo nos metemos debajo de las sábanas? ¿Creemos que un cuchillo no las atraviesa?
25. ¿Por qué has mirado al techo al leer la septima pregunta?
26.¿Por qué? xDD
2. ¿Por qué cuando te duele una herida, siempre llega alguien que te Dice: te duele? eso es que se está curando… Que me imagino a Jesucristo con los clavos, y la Virgen: ¿te duele? fenomenal!!, en tres días vas a estar como nuevo…
3. ¿Por qué en las pelis de miedo siempre aparece una puerta cerrada de la que sale mucha luz por la rendijas? Qué hacen los espíritus ahí detrás, fotocopias???!!
4. ¿Por qué cuando yo compré el piso no me dieron la canica que tienen los demás vecinos (pero todos) y que se les cae o la echan a rodar a partir de las doce de la noche?
5. ¿Por qué en las iglesias ponen pararrayos? No las protege Dios? Un poquito de confianza, ¿no?
6. ¿Por qué cuando llegamos a lo alto de una montaña nos ponemos las manos en las caderas?
7. ¿Por qué abrimos la boca cada vez que miramos al techo?
8. ¿Por qué nos da por ir a la nevera cada cuarto de hora si siempre hay lo mismo?
9. ¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando las ves en el portal te pones contentísimo y, de hecho, piensas en cogerlas todas?
10. ¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado? Qué esperamos encontrar? ¿Berberechos?
11. ¿Por qué cuando nos cuelgan el teléfono nos quedamos mirándolo como si el teléfono tuviera la culpa?
12. ¿Por qué cuando nos llaman al móvil sentimos la necesidad irrefrenable de ponernos a andar de un lado a otro?
13. ¿Por qué cuando estamos en un lugar alto nos obsesionamos con ver nuestra casa? “Mira, mira ahí, al lado del edificio rojo…”
14. ¿Por qué cuando echamos una carta al buzón no podemos evitar mirar por la ranuera e investigar qué hay dentro? Qué esperamos encontrar? ¿un cartero enano?
15. ¿Por qué abrimos los ojos cuando estamos a oscuras? ¿Qué creemos, que tenemos superpoderes?
16. ¿Por qué nos da tanta vergüenza quedarnos en calcetines cuando vamos a una zapatería? ¿Por qué en cuanto nos traen el calzado que hemos pedido nos lo ponemos a toda leche?
17. ¿Por qué hay tanta gente que cuando come un helado de cucurucho, a la mitad, muerden el piquito de abajo? ¿No saben que por ahí les va a chorrear?
18. ¿Por qué nos hace tanta gracia que se nos quede la marca del reloj cuando nos ponemos morenos en verano que en cuanto lo vemos se lo decimos al de al lado? “Mira, se me ha quedado la marca, parece que llevo reloj, pero no”
19. ¿Por qué cuando un aparato eléctrico no funciona no se nos ocurre otra cosa que apretar con más fuerza el botón de encendido?
20. ¿Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abre la boca de esa manera tan extraña? ¡Es colirio, no tequila!
21. ¿Por qué cuando cogemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos, siempre la abrimos por el lado que no es y aparece el prospecto, ahí, doblado?
22. ¿Por qué cuando vas de viaje te sientes culpable si no visitas los museos?
23. ¿Por qué cuando nos enfadamos nos cruzamos de brazos?¿Qué ganamos con ello?
24. ¿Y por qué cuando tenemos miedo nos metemos debajo de las sábanas? ¿Creemos que un cuchillo no las atraviesa?
25. ¿Por qué has mirado al techo al leer la septima pregunta?
26.¿Por qué? xDD
Suscribirse a:
Entradas (Atom)